3 claves para entender un Black Friday en pandemia
Cada año por estas fechas, el Black Friday cobra protagonismo en los hogares y establecimientos de nuestro país. El motivo no es otro que el de poder acceder a grandes descuentos, para los primeros, y aumentar sus ventas y su engagement con el público, para los segundos.
Sin embargo, este particular año va a marcar también el Black Friday, el contexto, la evolución de la sociedad o la situación económica que en solo un año ha cambiado drásticamente para muchos, hace que estos días se tiñan de un tinte especial.
Conocer y entender por qué este año será diferente nos permitirá disfrutar más de este día y sacarle el máximo provecho, tanto del lado del usuario como del de la marca.
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Este Black Friday va a ser el más digital que conocemos.
Este 2020, Internet ha cobrado más importancia y sentido que nunca. Gracias a la red, hemos podido conectarnos con los nuestros. Siendo este el único método viable para vernos las caras, este año le debemos mucho a Internet.
Por otro lado, los dispositivos han sido el complemento necesario que ha estado a la altura. La tecnología ha avanzado lo suficiente para posibilitarnos tener un punto de contacto con los nuestros.
Así, para los ciudadanos la digitalización ha sido un proceso obligatorio para intentar recuperar algo de la normalidad anterior a la pandemia. Sin embargo, esta digitalización ha ido más allá de las necesidades emocionales de los ciudadanos y éstos han aprendido a consultar, adquirir o devolver productos a través de su móvil u ordenador.

La compra online ya estaba instaurada en nuestro país, pero el porcentaje de personas que lo practican ha subido debido a la situación actual. Para los más mayores y menos acostumbrados, la clave ha estado en perder el miedo a lo digital y olvidar la desconfianza de meter la tarjeta de crédito.
De ahí, es normal escuchar que muchos ciudadanos seguirán con esta práctica cuando acabe todo esto. Los motivos de que esta práctica se haya afianzado más en nuestra sociedad van desde una mayor seguridad (no hay que tocar productos que varios más han tocado, ni estar en un sitio cerrado con más personas) hasta una mayor comodidad (los gastos de envío gratis, los pagos a plazos o la posibilidad de probártelo en casa).
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El Black Friday tiene que tener en cuenta el bolsillo de los españoles.
Está previsto que este año se reduzca un 4% el gasto por persona, así la intención de compra en nuestro país se ha reducido respecto al año anterior.

Por ello, los comercios, marcas y anunciantes deben ser consecuentes con ello y establecer políticas de precio flexibles y adaptadas a las capacidades de los ciudadanos.
Por un lado, las marcas deben conocer la situación actual del mercado y fijar los precios en base a la demanda esperada. No poner precios muy desorbitados es una premisa. Otra puede ser establecer descuentos o promociones en productos que durante el resto del año el ciudadano medio no ha podido adquirir. Hemos pasado el año privándonos de caprichos en pro de invertir en bienes necesarios.
La venta como tal es el objetivo prioritario del Black Friday. Sin embargo, también podemos utilizar este día para ganar notoriedad o engagement y en vez de usar promociones, podemos regalar el alta a nuestra plataforma o tienda y hacer que el usuario nos conozca.
Facilitar en la medida de lo posible la compra por parte de los usuarios es importante. Los pagos a plazos, por ejemplo, han demostrado ser un buen método (que además reporta beneficios para la marca porque aumenta el ticket medio). Las facilidades a la hora de devolver el producto, así como las opciones de envío son claves. Para ello, elegir una buena empresa de logística es una baza segura.
Por todo, una correcta atención al cliente, ya sea vía email o telefónica, será la guinda del pastel para un Black Friday exitoso.
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La omnicanalidad como clave.
Como parte del proceso de digitalización, muchos comercios han sabido adaptar sus servicios a un ecommerce, que este año prometen experimentar grandes crecimientos.

Sin embargo, el tener un comercio electrónico no basta. Los usuarios han demostrado comprar a través de diferentes dispositivos, tras haberse visto impactados por publicidad insertada en diferentes medios, desde el exterior, hasta la televisión, pasando por todos los canales digitales.
Por ello, las marcas deben estar lista con una estrategia omnicanal donde el usuario pueda comunicarse con la marca a través de diferentes puntos de contacto que, a su vez, le sirvan para la adquisición de productos: web, app, teléfono, redes sociales…
Y tú, ¿Cómo te estás adaptando el Black Friday de este año?
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